En este ámbito existen tres marcas de calidad que identifican y tutelan productos con determinadas características de calidad: la Denominación de Origen Protegido (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP) cuando ha sido demostrada una relación entre la calidad, las características o la reputación del producto y su origen geográfico y, Especialidad Tradicional Garantizada (STG), cuando lo que se identifica es un producto o alimento obtenido de materias primas o ingredientes utilizados tradicionalmente o con un método de producción, transformación o composición tradicional. Existe finalmente la marca BIO, que identifica los productos/alimentos provenientes de la agricultura biológica.
Un razonamiento similar es válido para las bebidas, vinos con denominación de origen protegido (DOP) o indicación geográfica protegida (IGP). Los vinos DOP se clasifican en: denominación de origen controlada y garantizada (DOCG) y denominación de origen controlada (DOC). Los vinos IGP comprenden las indicaciones geográficas típicas (IGT). Se certifican también los procesos que tienen que ver con la industria de la elaboración y de la distribución, desde el almacenaje y el transporte hasta el comercio al detalle. Estos procedimientos permiten proteger los alimentos de abusos y de intentos de imitación.